Con los Ojos Cerrados.2: conejo 2010 (62.405)

El mago de la chistera negra siempre quiso sacar el número de lotería ganador.

El conejo blanco guardaba dentro de su atuendo de mayordomo domesticado la clave para tal conocimiento.

Cada noche el mago sacaba al conejo blanco de su chistera negra, arremangadas las mangas un tercio a la inversa, como en los mejores caseríos, y las solapas a tercio partido como mandaba el protocolo mediático. Era 2000 y algo.

Todas las noches de espectáculo el conejo surgía de la chistera y deslumbraba al público con la más brillante de las sonrisas, casi inintencionadamente. El público aplaudía con efusividad la aparición del conejo de lino, un conejo de granja como cualquier otro, pero con el número ganador de lotería bajo el brazo.

La familia del mago era tan pobre, y pasaba tanto hambre que en un fatídico día de pascua de 2000 y algo más, engulleron los huevos escondidos del conejo para saciar sus estómagos vacíos.

Tal fue la diarrea familiar, que nadie supo componer de vuelta los pedazos de la combinación ganadora.

Y en un huevo sin cocer se perdió una vida feliz y sin dinero.

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